Si has visitado webs especializadas en tecnología en los últimos meses, un tema recurrente ha sido la escasez de chips que se ha generado en el mercado. Esta circunstancia ha afectado a todo tipo de hardware, aunque en nuestro caso nos interesa especialmente porque puede afectar a las memorias USB promocionales. La mejor manera de afrontar una situación complicada es tener la mayor información posible para tomar las decisiones correctas. Así que te vamos a explicar en qué ha consistido toda esta cuestión.
El problema nace con un desequilibrio en uno de los principios básicos de la economía: la demanda ha crecido en los últimos meses de manera exponencial mientras que, en paralelo, se ha producido un déficit en la oferta. Este planteamiento es el abecé para que se haya escasez de microchips o de cualquier producto. A su vez, el poco stock que aparece en el mercado ha visto cómo sus precios se han disparado.
Este es el dibujo general de la situación que encontramos ahora. Las causas que la explican son varias y se han juntado en un mismo momento para producir una especie de “tormenta perfecta”. Por un lado, el aumento de la demanda se ha producido porque cada vez más productos necesitan un microchip. Más allá del hardware informático que todos tenemos en mente, cada vez más productos requieren de estos componentes.
Por ejemplo, miremos al sector de la automoción. La fábrica de SEAT en Martorell (Barcelona) tuvo que parar tres días su producción en junio pasado por la escasez de microchips. Un problema que también han tenido marcas líderes mundiales como Toyota. ¿Habría afectado igual hace veinte o treinta años?
El incremento comenzó a detectarse hace más de un año, a principios de 2020, y luego —como otras tantas cosas— llegó la pandemia de la covid-19. El coronavirus afectó a los dos factores de la ecuación oferta-demanda. Por un lado, los confinamientos en diversos países afectaron a los diversos pasos de la cadena de producción: cierre de fábricas, puertos sin actividad, puntos de distribución cerrados…
Por otro lado, la gente ha mantenido e incluso aumentado el consumo de productos tecnológicos con los confinamientos de la pandemia. Tablets, videoconsolas, smartphones, ordenadores… ya fuera para el entretenimiento o el teletrabajo todo el mundo quería tener equipos nuevos en su casa. Incluso los grandes lanzamientos como el de PS5 e Xbox se han visto afectados por la escasez de microchips.
Taiwán, territorio clave para los microchips
Par seguir con esta descripción de la situación, el mercado global de microchips presenta unas particularidades que no se dan con frecuencia en otros sectores. Taiwán aglutina el 63% de la producción mundial. De hecho, la empresa TSMC es la líder absoluta con el 54% del total global. La siguiente es la coreana Samsung con el 17%.
Quizá el nombre de TSMC no te suene mucho si tu actividad no está vinculada al sector tecnológico. Pero más allá del volumen de producción que te hemos explicado, entre sus clientes están empresas como Apple, Nvidia, Toyota, Ford o Tesla.
Taiwán fue un ejemplo de control de la covid-19 durante los primeros meses de pandemia, pero desde la primavera de 2021 ha tenido más problemas. Diversos brotes de importancia en la isla han agravado la situación, lo que ha llevado al gobierno de Taipéi a decretar confinamientos que, si se hacen más estrictos por una escalada de contagios, pueden tener repercusión en las fábricas o la cadena de suministro.
Más allá de la pandemia, también el factor climático puede influir en la producción de microchips en Taiwán. El principio del verano ha traído unas temperaturas muy altas que han provocado una seguía. La ola de calor ha hecho que se dispare el consumo de electricidad en la isla, provocando algunos cortes en el suministro y que, si se prolongan, podrían afectar a las factorías de estos componentes. La falta de agua también influye, ya que es indispensable para la fabricación de estos elementos tecnológicos.
Algunas grandes empresas tecnológicas no han querido ser tan dependientes a estas circunstancias, incluso ya antes de la pandemia. Por ejemplo, Intel se produce sus propios microchips.
No hay que ser alarmista en el caso de los USB promocionales. La situación aún no es tan grave como para hablar de escasez que sí han sufrido otros productos (como las citadas videoconsolas). Trabajamos para que nuestros clientes noten lo menos posible esta escasez que vive el mercado.
Como ves, aunque la situación es complicada con planificación se pueden sortear los problemas más graves. Si estás pensando en lanzar una campaña donde regalar memorias USB, no dudes en contactar con nosotros y te solventaremos las dudas. Estamos aquí para escucharte y ayudarte.